La arruga no es tan bella

La arruga es bella. El eslogan, lanzado hace ya unos cuantos años por la firma Adolfo Domínguez, es uno de los más recordados dentro de la moda española. Tanto eco tuvo que con el tiempo dio el salto al mundo de la belleza para reivindicar que las líneas que marcan en el rostro el paso de los años pueden ser atractivas e incluso sexies. Pese a todo, la preocupación por las arrugas sigue estando en lo más alto del ránking; las marcas de cosmética se emplean a fondo para borrarlas -o disimularlas-. Además, la cuestión ya no se escribe sólo en femenino; ellos también se han subido al carro de mimarse para lograr un aspecto más joven.

Tratamientos antiedad, antiaging, antienvejecimiento… Mil denominaciones para un único fin: parar el tiempo. Entre los 30 y los 65 años, las arrugas representan la principal preocupación de las mujeres, según un barómetro IPSOS realizado para la marca Filorga. “Es lo primero que las mujeres desean mejorar de su rostro”, explica Bárbara Padrés, responsable de producto de la firma francesa. “De hecho, los tratamientos antiedad suponen el 40% de los tratamientos cosméticos y de medicina estética del mundo”.

El envejecimiento natural de la piel conlleva una disminución del espesor de las capas así como de la estructura elástica de la piel -se pierde colágeno y elastina- y disminuye la capacidad de regeneración celular. Normalmente se diferencia entre arrugas de expresión dinámicas, provocadas por nuestra propia mímica, por la actividad muscular, y estáticas, las causadas por el paso del tiempo y que perduran en el rostro. «Independientemente de la edad y del sexo hay que cuidar, hidratar y proteger la piel del sol con los productos adecuados y específicos», afirma Montserrat Quirós, directora del centro de medicina estética del mismo nombre. «La preocupación entre hombres y mujeres sobre el envejecimiento ya es muy similar».

“En los últimos 20 años, los hombres en España han tomado conciencia de que tener un aspecto saludable es importante”, explica Isabelle Picou, directora de Relaciones Públicas de Clarins. Contorno de ojos, sérums, hidratantes, geles… las líneas para atender las demandas masculinas han crecido considerablemente, aunque aún están lejos de la enorme oferta que agasaja a las mujeres. “Ahora los chicos van a comprar sus productos, tienen claro lo que quieren”. Atrás quedó lo de compartir crema con la pareja o lo de limitar los cuidados a la colonia y el ‘aftershave’. “La prevención en los hombres es fundamental. El afeitado irrita mucho la piel, la deshidrata, por lo que es muy importante cuidarla correctamente”.

Pero aunque los hombres cada vez se quieren un poco más, aún sigue despertando más piropos un hombre maduro con sus canas y sus arrugas -George Clooney, por poner un ejemplo- que una mujer con 50 ó 60 -Meryl Streep o Julia Roberts-, a la que se le echa en cara demasiado a menudo lo de no ser eternamente joven. «El mundo de la belleza sigue siendo muy machista», asevera la doctora Cristina de Hoyos, «quien defiende cuidarse desde los primeros síntomas, a partir de los 30».

Las primeras arrugas en ellos suelen aparecer a esta edad, “por lo general gesticulan más y eso se nota en la frente, donde suelen tener líneas más marcadas”, explica la doctora. En el caso de ellas, las primeras patas de gallo y el entrecejo se marcan a los 38 ó 40 años». La genética, como en casi todo, también influye mucho en el cómo, cuándo y dónde se tienen las arrugas.

La polución, no hidratarse lo suficiente, una mala alimentación, no dormir las horas necesarias, el clima y el estrés son otros factores que dañan el estado de nuestra piel. Si hubiera que hacer un plan para tener una cierta garantía de lucir una buena cara, Montserrat Quirós recomienda centrarse en la hidratación a los 30 años; a partir de los 35 empezar a controlar la flacidez y las arrugas finas y dinámicas; llegados a los 45 iniciar los tratamientos para las arrugas estáticas, la deshidratación, la flacidez y las manchas, más frecuente en mujeres; y, a partir de los 50, tratar las arrugas profundas, la flacidez, la nutrición específica de la piel, las manchas solares en ambos casos y las manchas hormonales en el caso de la mujer.

 

Fuente; http://goo.gl/Zjpp7j

 

https://youtu.be/674VjajguGI

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