Descubren las claves genéticas de la depresión

Es bien sabido por los científicos que la depresión tiene un factor hereditario que pasa de generación en generación dentro de las familias. Sin embargo, un buen número de estudios han tratado sin éxito de identificar los genes que aumentan el riesgo de sufrir este trastorno del estado de ánimo. De hecho, uno de ellos llegó a encontrar dos regiones del genoma de algunas mujeres asiáticas que podrían estar detrás del aumento de las probabilidades de padecer esta enfermedad mental, pero, desgraciadamente, se trataba de variantes del ADN muy raras y que no aparecían en personas de otros grupos étnicos.

Ahora, un grupo de investigadores de EEUU ha identificado por primera vez 17 variaciones genéticas distintas -pertenecientes a 15 regiones del genoma humano- que parecen estar asociadas con el desarrollo de la depresión mayor en individuos de ascendencia europea, es decir, en poblaciones europeas, norteamericanas o australianas, por ejemplo.

La llamada por los psiquiatras depresión mayor es una de las enfermedades mentales más frecuentes del mundo. Los síntomas van desde estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar o reducción de la energía; hasta ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito o baja autoestima, entre otros. Según la Organización Mundial de la Salud, afecta a unos 350 millones de personas en todo el planeta y en los casos más graves puede empujar al suicidio.

«Encontrar estas regiones del genoma nos pone en la dirección de un mejor entendimiento de la biología de la depresión», explica a este diario Roy Perlis, investigador del Hospital General de Massachusetts de la Universidad de Harvard y uno de los autores principales del trabajo. «Si podemos comprender la biología, entonces podemos empezar a desarrollar mejores tratamientos», asegura.

Perlis y sus colegas -procedentes de centros de investigación de la farmacéutica Pfizer y de la compañía biotecnológica 23andMe, dedicada al análisis de ADN para clientes particulares- eran muy conscientes de la complejidad y la variedad de síntomas que se presentan en este tipo de enfermedades y de lo caro que podría resultar hacer un estudio al uso con participantes voluntarios reclutados uno a uno. Por ese motivo, para el trabajo recién publicado en la prestigiosa revista Nature Genetics recurrieron a los datos de los clientes de la empresa 23andMe. Todos aquellos que se someten al análisis de esta compañía tienen que rellenar un completo formulario que incluye características físicas, demográficas e incluso el historial médico y tienen la opción de permitir el uso de sus datos -omitiendo el nombre o cualquier detalle personal que permita la identificación- con fines científicos.

Y ese consentimiento lo firmaron los 300.000 individuos analizados por Perlis y su equipo, 75.000 de los cuales habían sido diagnosticados de depresión en algún momento de su vida. Y ese análisis fue completado con otra muestra secuenciada con mayor detalle. El resultado no es definitivo, pero el hallazgo de 15 regiones, incluidas 17 variantes genéticas concretas, asociadas sin lugar a duda con el diagnóstico de la depresión. Según relatan los autores en el trabajo, algunas de estas secuencias de ADN están situadas dentro o cerca de genes conocidos por estar involucrados con el desarrollo cerebral.

«Lo cierto es que sólo podemos explicar un porcentaje muy pequeño del riesgo de sufrir depresión. No estamos en condiciones de ayudar a un mejor diagnóstico, ya que buena parte de dicho riesgo proviene de causas ambientales, no genéticas», reconoce Perlis.

Los investigadores no ocultan que se trata de un escalón más dentro de un largo camino por recorrer hasta llegar a entender y a curar este tipo de desórdenes. Pero señalan la importancia que tiene buscar nuevas formas de luchar contra ellas, ya que los modelos actuales contra la depresión tienen más de 40 años. «Además, este hallazgo ayudará a dejar patente que se trata de una enfermedad cerebral, lo que esperamos que reduzca el estigma que todavía tienen asociado este tipo de trastornos mentales», afirma Perlis.

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